Actualmente, varios bancos están presionando a Visa para que realice cambios en la forma en que procesa algunos pagos realizados a través de Apple Pay, medidas que reducirían las tarifas que los bancos pagan a Apple por ciertas transacciones, informa The Wall Street Journal.
En el corazón del problema están los pagos recurrentes automáticos como membresías y servicios de transmisión. Visa tiene como objetivo cambiar la forma en que emite tokens para las tarjetas Apple Pay de modo que Apple solo reciba una tarifa de transacción en un pago de suscripción inicial y no en transacciones posteriores.
Cuando Apple presentó Apple Pay en 2014, el iPhone ya había derrotado a los reproductores de música, las cámaras y los sistemas GPS. A los bancos y las redes de tarjetas les preocupaba que también desplazara los pagos con tarjeta.
Los bancos acordaron pagar a Apple el 0,15% de cada compra realizada por sus titulares de tarjetas de crédito. (Pagan una tarifa separada en las transacciones con tarjeta de débito). Esas tarifas representan la mayor parte de los ingresos que Apple obtiene de su billetera digital, según personas familiarizadas con el asunto.
Aparte del acuerdo de tarifas, Apple obtuvo varias otras concesiones de los emisores de tarjetas de crédito cuando lanzó Apple Pay y, a cambio, Apple acordó no lanzar su propia red de tarjetas de crédito para competir con Visa y Mastercard.
Con el lanzamiento de Apple Card en asociación con Goldman Sachs, Apple se ha convertido en un competidor más directo de otros bancos y, según los informes, algunos ejecutivos bancarios se han enojado por la medida de Apple y están buscando formas de reducir los pagos que hacen a Apple.
Como era de esperar, Apple ha informado a Visa que se opone al cambio propuesto que reduciría las tarifas que recibe en transacciones recurrentes, por lo que queda por ver si Visa cumplirá con sus planes, que están programados para entrar en vigencia el próximo año.
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